Lo primero que queremos ver los entrevistadores cuando vienes a mi empresa o consultoría a optar por un puesto con el que te has sentido identificado es, sobre todo, entender que vienes al puesto ideal para ti, que no es uno más de los muchos que has enviado.
Quizás estés pensado… sí claro, pero es que estoy harto de enviar currículums y la ilusión la tengo un poco olvidada. Lo entiendo, pero…¿conoces el Efecto Pigmalión? Si vas por las escaleras del metro y crees que te caerás, ¡te vas a caer!
Lo mismo pasa cuando vas a una entrevista de trabajo: si piensas que no te van a coger antes de abrir la puerta de la empresa, no es necesario que la abras, ya que la empresa lo percibirá y, seguramente, harás realidad tu efecto Pigmalión.
Pero entonces… ¿Qué quieren de mí en una entrevista de trabajo? La respuesta la tienes una vez te pones en la piel del otro lado.
Primero de todo, ¡el Departamento de RRHH o la Consultoría con la que has quedado no es “el lado oscuro” como en Star Wars! Lo que quieren es encontrar, cuanto antes, a la persona idónea para el puesto de trabajo que tienen entre manos. No tienen una lista en la que les encanta «tachar» a aquellas personas que vienen y no pasan el proceso; ciertamente es al revés.
Lo que necesitan es que cuando viene un candidato, éste se haya vendido tan bien para el puesto de trabajo que cuando finalice esa conversación de tú a tú, esté encantado de tener un/a finalista para presentar a la empresa o al departamento pertinente.
Sí, ya sé que entre los nervios y las ganas de encontrar un trabajo cuanto antes, es complicado vender esa seguridad en ti mismo, que es primordial en la reunión para que la empresa confíe en ti esa parcela de trabajo y de ideas para ayudar a conseguir el objetivo final de la compañía.
Por ello, debes entender que, como empresa, lo que quiero encontrar de un candidato son tres valores claros:
1. Confianza
Debo tener la certeza de que eres la persona idónea, no sólo para el puesto de trabajo que se busca en ese momento, si no que te adaptarás a la política de la empresa y a la versatilidad que hoy en día necesitan las empresas para cubrir las necesidades actuales y futuras. Es por ello que muchas veces piden requisitos mínimos como idiomas o tecnología, que para ese puesto no son tan importantes, pero a medio plazo pueden ser imprescindibles.
Así mismo, yo, como reclutadora, me juego mi prestigio como buena seleccionadora cada vez que envío un candidato, por lo que cualquier pequeña duda o divergencia entre la comunicación verbal y no verbal, harán que dude de ti y puedo descartar a un buen candidato; es por ello que te aconsejo que no mientas o distorsiones tu carrera profesional, ya que un buen reclutador te pillará con esos pequeños detalles que no puedes controlar.
2. Actitud positiva
Las empresas quieren personas involucradas y positivas. Quieren que, desde el primer día, lo des todo y transmitas energía, incluso, a aquellas personas que llevan tiempo en un mismo puesto de trabajo y que un soplo de aire nuevo puede regenerar. Cuando una persona va a una entrevista de trabajo con una sonrisa y demostrando que ese trabajo es el que realmente quiere e incluso lo verbaliza conociendo la empresa, preguntando respecto a su puesto y enviando mail de agradecimiento por la entrevista, acaba de ganar muchos puntos en la entrevista.
Tómate cada entrevista como si fuera la última; como si cuando entras a la recepción, estás conociendo a tus futuros compañeros de trabajo. Escucha una canción que te motive antes de entrar, visualízate trabajando allí y percibe las sensaciones que tienes…
3. Profesionalidad
Como decíamos, las empresas necesitan personas profesionales en su campo, así como del proceso de búsqueda de trabajo. El uso de un lenguaje técnico, positivo, directo y relacionado con el vocabulario de la empresa y del sector (puedes buscar las palabras clave en la web de la empresa) te ayudará a dar una visión profesional de ti mismo.
Sigue blogs y noticias del sector para estar al día. Así mismo, si te preguntan por tus puntos fuertes, te están preguntando por «competencias»; la puntualidad, la involucración y los idiomas no lo son.
Prepáratelo a conciencia, así como todas las preguntas habituales y las específicas para tu puesto de trabajo. Una que me gusta mucho para saber si te has preparado de verdad la entrevista es preguntar: «Si empezaras el próximo lunes… ¿qué es lo primero que harías?» Sé proactivo y con ideas, pero sin devastar a la empresa.
Anexo 6 apuntes que considero importantes a tener en cuenta a la hora de defender una buena entrevista:
- Ayuda a encontrar tu valor añadido: Define, antes de ir a la entrevista, porqué eres tú la persona adecuada para ese puesto de trabajo y elabora tu argumento de venta para que sean conscientes de tus puntos fuertes.
- Tú manipulas la entrevista si empiezas con fuerza, ya que un buen entrevistador sigue la dinámica de la conversación. Si empiezas resaltando en qué eres bueno, mi primera impresión será mejor y conseguirás que se centre la entrevista en tus logros y puntos fuertes.
- Haz que la entrevista sea una conversación enriquecedora para ambas partes; fíjate en la comunicación no verbal del/a seleccionador/a para ver si está interesado/a en lo que explicas o se está aburriendo. El tono de voz así como el uso de las manos para enfatizar tu discurso son vitales para dar fuerza a tus palabras.
- Demuestra interés por el puesto y por la empresa: Estudia las palabras clave del anuncio e inclúyelas en tu discurso. Conoce la empresa en profundidad; te preguntaran por ella seguro.
- Sé espontáneo pero dentro de un orden: Es cierto que no queremos autómatas, pero sí que esperas una persona que se haya preparado las preguntas básicas de la entrevista, de la misma manera que te prepararías una reunión o tu primera cita con alguien que te importa. No puedes estar improvisando cada pregunta que te hagan ya que denotarás poca profesionalidad y poca seguridad en ti mismo. Piensa en qué te preguntarías a ti mismo en el caso de que fueras tú quien hiciera la entrevista; seguro que las preguntas no difieren tanto con lo que te pregunten finalmente.
- Intenta que haya buen “feeling” con el/la entrevistador/a: Eso no quiere decir que le hagas la pelota o que finjas algo que no eres, ya que eso distorsionará tu imagen y creará el efecto contrario. Investiga a la persona antes de ir, para ver semejanzas y destácalas en la entrevista (sin decir…ah, ¡¡tú estudiaste en la misma universidad que yo!! Sólo con nombrarla ya te ayuda a crear feeling). Sonríe cuando entres, agradécele su tiempo, mírale a los ojos de manera afable, ten un tono de voz agradable, contesta a lo que te preguntan ni muy escueto ni muy largo, muestra interés al finalizar la entrevista, despídete con una sonrisa y demuestra tu valor añadido desde el inicio de la entrevista.
Todos estos pequeños detalles te ayudarán a venderte y a demostrar al entrevistador que realmente te interesa ese puesto de trabajo. Como ves, estamos hablando de detalles que pueden ayudarte cuando tenemos claro que una empresa busca a una persona en la que confiar, que sea profesional y que demuestre a sus clientes internos y externos que es una persona segura de sí mismo que les podrá ayudar ante cualquier situación gracias a su autoconfianza.
¿Eres tú esa persona? Demuéstralo en la entrevista y a por ellos.
Psicóloga y licenciada en Ciencias del Trabajo Laura Cespedosa
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